Desde que hace diez años se pusiera bajo el larguero en una de las porterías de San Mamés, Iker Casillas ha sido uno de los grandes protagonistas de la prensa deportiva. Por sus paradas, claro, pues pocos dudan en reconocer que es hoy en día el mejor del mundo. El chaval es un filón. Deportista de élite, jugador del Real Madrid, buena imagen, un ejemplo para la juventud...
Ahora resulta que Casillas, que es humano, como todos, tiene novia. Interesante. Y más si es la periodista deportiva de moda. Por enésima vez, los medios se frotan las manos. Pero, también por enésima vez, no sólo en las redacciones de carmín y pintaúñas. Hablar de fútbol no es suficiente. Eso ya cansa, hombre. Si todos sabemos que Iker las para todas, será mejor preguntarse si le envía flores a Sara Carbonero o si retozan en el reservado de Pachá.
Eso vende más que sus paradas, por mucho que hablemos del número uno. Los medios deportivos (algunos) -será por la crisis o porque ya qué más da- no han dudado en especular con el romance. Vamos, que va uno a ver con quién juega el Madrid y se encuentra con que Iker le mete mano a la guapa de la tele en el sofá de una discoteca. Al final va a ser verdad que el periodismo deportivo es periodismo del corazon. Pero con chándal, eso sí.
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Para reír... o para llorar
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